Entre cajas y recuerdos
- canelaflames
- Jul 28
- 2 min read
Este ensayo se publicó el 2 de julio, pero quisiera incluirlo aquí.

Hace ya bastante tiempo que no paso por mi blog, y pensé que era hora de ponerte al tanto. La razón principal es que nos hemos mudado a otro estado. Entre cajas, trámites, despedidas y todo lo que conlleva una mudanza, apenas me ha quedado tiempo para escribir... ni para responder algunos mensajitos que tenía pendientes. Te pido disculpas por ello.
Justo después de la mudanza, alguien me invitó a salir a cenar. Me dio cierta tristeza tener que rechazar la invitación—ya nos habíamos ido. Me habría encantado compartir una última charla con esa persona antes de nuestra partida. Pero prefiero pensar que no hubo una despedida porque no era necesaria... quizá fue solo una pausa. O mejor aún, un “hasta luego” con espacio para el reencuentro.

Si alguna vez te da por explorar, te recomiendo viajar por la Ruta 66. Ahora puedo decir, sin exagerar, que he conducido entre las nubes. Cuando tomé esta foto, nos encontrábamos en el Continental Divide de Nuevo México, a una altitud de 7,295 pies sobre el nivel del mar. Te la comparto más abajo. Mi esposo dormía plácidamente, pero para mí fue una experiencia mágica. Como si aquella cantante que decía “get your kicks on Route 66” hubiese cumplido su sueño... y yo, por un instante, también el mío.
Algo me hizo detenerme a pensar en nuestro impacto en el mundo: en una estación de gasolina situada en el "Continental Divide", encontré una señal que nos instaba a cuidar el agua. Nos recordaba que, al lavarnos las manos, es importante cerrar la llave mientras enjabonamos. ¿Cuántas veces habré dejado correr el agua sin pensarlo, mientras me enjabonaba las manos, sin considerar cómo ese gesto tan pequeño podría afectar a otros? Pequeños gestos, grandes revelaciones. Son esos detalles pequeñitos, casi imperceptibles, los que convierten este tipo de viaje en una experiencia transformadora.
En fin, ya estamos instalados en nuestro nuevo hogar. Contamos con un sofá acogedor, algunas alfombras, nuestra tele... y afortunadamente, solo se rompieron dos o tres vasos. Nada grave. Me siento agradecida. Hay mucho más que me gustaría contarte, pero por ahora, lo dejo aquí.
Te mando besitos con canela y todo el cariño que llevo conmigo. <3
Hasta la próxima.




Comments